La Alteración de la Ley de Dios
Creemos que la profecía de Daniel 7:25, ''...y pensará en cambiar los tiempos y la ley, ...'', se ha cumplido. Se anuló de los Diez Mandamientos el segundo que prohibe la veneración de las imágenes. El sábado, establecido en el cuarto mandamiento, se cambió por la introducción injustificada del primer día de la semana, el domingo, como día de reposo del estado y de la iglesia. El décimo mandamiento fue dividido en dos para restablecer de nuevo el número ''diez''.
La Ley Ceremonial de Moisés
Creemos que Dios dio al pueblo de Israel, a través de Moisés, diferentes estatutos concernientes al sistema de sacrificios y ceremonias del servicio del templo, los cuales ilustraban la obra redentora de Cristo. Estos eran una sombra y símbolo de las cosas futuras. La validez de esta ley finalizó cuando Jesús clamó en la cruz: ''Consumado es''.
Hebreos 10:1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
Colosenses 2:17 Todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
''Al expirar jesús en el Calvario exclamó: 'Consumado es', y el velo del templo se rasgó de arriba abajo en dos mitades,...
''El desgarramiento del velo en el templo demostró que los sacrificios y los ritos judaicos no serían ya recibidos. El gran sacrificio había sido ofrecido y aceptado, ...'' -Primeros Escritos, págs. 252, 259.
-Los sábados ceremoniales o de la sombra
Creemos que los sábados ceremoniales, de los cuales escribe Pablo en Colosenses 2:16, 17 y Gálatas 4: 10, eran sólo sombras del sacrificio de Cristo y la salvación. No deben ser confundidos con el sábado semanal que fue dado a los seres humanos como día de reposo, el cual es el día del Señor establecido en la creación.
Génesis 2:1-3 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Éxodo 20:8-11 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas los cosas que en ellos hay, y reposó el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Levítico 23:3 Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis, día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis.
Isaías 58: 13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.
Marcos 2:27, 28 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
La ley ceremonial incluía los siguientes sábados simbólicos:
La fiesta de los panes ázimos: La pascua precedía a la fiesta de los panes ázimos. Los días 15 y 21 del primer mes del año judío se celebraban como sábados, con completo descanso del trabajo.
Levítico 23: 5-8 En el mes primero, a los catorce del mes, entre4 las dos tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes en la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo haréis.
El Pentecostés o fiesta de las semanas: El día 50, calculado a partir del día 16 del primer mes, era celebrado como un sábado.
Levítico 23:15, 16, 21 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 21 Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones.
Éxodo 34:22 También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.
La fiesta de la trompetas: El primer día del séptimo mes, el día del son de trompetas, era celebrado como preparación para el día de la expiación.
Levítico 23: 24, 25 Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
El día de la expiación: El día 10 del séptimo mes, conocido como día de la expiación, era considerado como gran sábado, y era el punto culminante en la serie de sábados ceremoniales.
Levítico 23: 27, 28, 31, 32 A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. 31 Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo.
la fiesta de las cabañas: Los días 15 y 22 del séptimo mes eran celebrados alegremente como sábados de la fiesta de las cabañas.
Levítico 23: 34-36, 39, 40 Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. 39 Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo. Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete Días.

Si Jesús, con su muerte, hubiese anulado el sábado semanal e introducido el domingo, debería existir un mandamiento explícito en la Biblia al respecto. Ni Jesús ni los apóstoles informan acerca de un cambio similar, sino todo lo contrario. Los siguientes textos lo demuestran:
Mateo 5:17, 18; 24:20 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 24: 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo.
Hechos 13:13,14, 42-44; 16:13; 17:2; 18:2-4,11 Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron. 42-44 Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas. Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. 16:13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 17: 2 Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos. 18: 2-4 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma: Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.
